DEXAMERAL® 40

3136 | Laboratorio LKM

Descripción

Principio Activo: dexametasona,
Acción Terapéutica: Antialérgicos, antihist., corticoides asoc.

Composición

Cada comprimido contiene: Dexametasona (micronizada) 40 mg. Excipientes: Lactosa Monohidrato CD, Celulosa Microcristalina PH 102, Crospovidona (Kollidon CL), Estearato de Magnesio, Oxido de Hierro Pardo c.s.

Presentación

Envases por 14 y 21 comprimidos.

Indicaciones

DEXAMERAL 40 está indicado como tratamiento adyuvante del mieloma múltiple, refractario o recaído.

Dosificación

La Dexametasona se administra en dosis entre 25 y 40 mg/día.

Contraindicaciones

Infecciones micóticas sistémicas. Hipersensibilidad a la droga.

Reacciones Adversas

Reacciones alérgicas: reacción anafilactoide, anafilaxis, angioedema. Cardiovasculares: bradicardia, arresto cardíaco, arritmias, colapso circulatorio, insuficiencia cardíaca congestiva, hipertensión, cardiomiopatía hipertrófica en infantes prematuros, ruptura de la pared ventricular izquierda luego de un reciente infarto de miocardio, edema, edema pulmonar, síncope, taquicardia, tromboembolia, tromboflebitis, vasculitis. Dermatológicas: acné, dermatitis alérgica, piel escamosa seca, equimosis y petequia, eritema, problemas de cicatrización de heridas, sudoración, rash, estrías, supresión de los test de reacción dérmica, piel delgada y frágil, adelgazamiento del cuero cabelludo, urticaria. Endócrinas: intolerancia a la glucosa, desarrollo de estado cushingoide, hiperglucemia, glucosuria, hirsutismo, hipertricosis, aumento de los requerimientos de insulina o de los agentes hipoglucemiantes orales en los diabéticos, manifestaciones de diabetes mellitus latente, irregularidades menstruales, falta de respuesta adrenocortical secundaria y pituitaria (en especial en momento de estrés, tal como trauma, cirugía, enfermedad), supresión del crecimiento en niños. Trastornos electrolíticos: retención de sodio, retención de líquido, insuficiencia cardíaca congestiva en pacientes susceptibles, pérdida de potasio, alcalosis hipocalémica, hipertensión. Gastroinestinales: distensión abdominal, aumento de los niveles de enzimas hepáticas (usualmente reversible tras la interrupción del tratamiento), hepatomegalia, aumento del apetito, náuseas, pancreatitis, úlcera péptica con posible perforación y hemorragia, perforación del intestino delgado y grueso en especial en pacientes con enfermedades inflamatorias intestinales, esofagitis ulcerativa. Metabólicas: balance nitrogenado negativo debido al catabolismo de las proteínas. Músculo-esqueléticas: necrosis aséptica de la cabeza femoral y humeral, pérdida de masa muscular, debilidad muscular, osteoporosis, fractura de huesos largos, miopatía de esteroide, ruptura de tendón, fracturas vertebrales por compresión. Neurológicas/Psiquiátricas: convulsiones, depresión, inestabilidad emocional, euforia, cefalea, aumento de la presión intracraneal con papiledema (pseudotumor cerebral) por lo general luego de finalizado el tratamiento, insomnio, cambios de humor, neuritis, neuropatía, parestesia, trastorno de personalidad, trastornos psíquicos, vértigo. Ofálmicas: exoftalmos, glaucoma, aumento de la presión intraocular, cataratas subcapsular posterior. Otras: depósitos anormales de grasa, disminución de la resistencia a infecciones, hipo, aumento o disminución de la motilidad y número de espermatozoides, malaria, cara de luna, ganancia de peso.

Precauciones

General: Durante el tratamiento, se recomienda emplear la dosis más baja posible. Cuando la reducción es posible, ésta deberá ser gradual. Dado que las complicaciones del tratamiento con corticoesteroides son dependientes de la dosis y la duración del tratamiento, deberá evaluarse la relación riesgo/beneficio en cada caso individual, y así determinar qué dosis y cuánto debe durar el tratamiento. Se ha reportado riesgo de padecer sarcoma de Kaposi en pacientes que reciben terapia con corticoesteroides, la mayoría en regímenes crónicos. La interrupción de la administración de corticoesteroides puede dar lugar a una mejora clínica. Insuficiencia cardíaca/renal: Los corticoesteroides producen retención de sodio dando lugar a la aparición de edema y excreción de potasio. Deberán ser administrados con mucha precaución en pacientes con insuficiencia renal, insuficiencia cardíaca congestiva e hipertensión. Insuficiencia adrenocortical: Los corticoesteroides pueden provocar insuficiencia adrenocortical secundaria la cual puede disminuirse mediante la reducción de la dosis. La insuficiencia adrenocortical puede persistir por meses luego de la interrupción del tratamiento, por lo que en situaciones de estrés durante este período, deberá restituirse la terapia hormonal. Dado que la secreción mineralocorticoide se verá afectada, se recomienda administrar sal o un mineralocorticoide durante el período de insuficiencia. Sistema gastrointestinal: Los corticoesteroides deberán administrarse con precaución en pacientes con úlceras pépticas latentes, diverticulitis, anastomosis intestinal fresca y colitis ulcerativa no específica por el incremento del riesgo de perforación. Los signos de irritación peritoneal luego de detectada una perforación gastrointestinal en pacientes que recibieron importantes dosis de corticoesteroides pueden ser mínimos o estar directamente ausentes. Existe un efecto aumentado en pacientes con cirrosis ya que tienen el metabolismo de los corticoesteroides disminuido. Sistema músculo-esquelético: Los corticoesteroides disminuyen la formación ósea e incrementan la resorción ósea, ambos procesos se deben a la regulación del calcio (disminución de la absorción y aumento de la excreción) y a la inhibición de los osteoblastos. Esto, más una disminución de la matriz proteica del hueso secundaria a un incremento en el catabolismo proteico y a una producción reducida de hormonas sexuales, pueden llevar a una inhibición del crecimiento óseo en pacientes pediátricos y al desarrollo de una osteoporosis sin importar la edad. Deberá tenerse especial consideración en las pacientes con un mayor riesgo de osteoporosis como son las mujeres postmenopáusicas antes de iniciar la terapia con corticoesteroides. Trastornos neuropsiquiátricos: Aunque en los estudios clínicos se ha demostrado que los corticoesteroides son efectivos en acelerar la resolución de las exacerbaciones agudas de la esclerosis múltiple, no mostraron efecto sobre el desarrollo natural de la enfermedad. Los estudios demostraron que son necesarias altas dosis de corticoesteroides para mostrar un efecto significativo. Se han observado casos de miopatía aguda con el uso de altas dosis de corticoesteroides, frecuentemente en pacientes con trastornos en la transmisión neuromuscular (como la miastenia gravis) o en pacientes que recibían terapia concomitante con bloqueadores neuromusculares (como pancuronium). La miopatía aguda es general, involucrando músculos respiratorios y oculares pudiendo ocasionar una cuadriparesia. Puede detectarse una elevación de la creatininquinasa. Luego de la interrupción de la terapia con corticoesteroides, la recuperación clínica puede requerir desde semanas hasta años. Pueden aparecer trastornos psíquicos que van desde euforia, insomnio, cambios de humor, trastornos de la personalidad, severa depresión hasta manifestaciones psicóticas. Además, el uso de corticoesteroides puede agravar las tendencias psicóticas o la inestabilidad emocional existente. Trastornos oculares: Puede observarse en algunos pacientes un aumento de la presión intraocular. Si la terapia con corticoesteroides tiene una duración mayor de 6 semanas, deberá monitorearse la presión intraocular. Embarazo: Efectos teratogénicos. Categoría C: Los corticoesteroides han mostrado ser teratogénicos en varias especies animales cuando se los administró en dosis equivalentes a las dosis humanas. Estudios en animales a los que se les administró corticoesteroides a ratones hembra, ratas hembra y conejos hembra todas preñadas, mostraron un incremento en la incidencia de paladar hendido en las crías. No se han realizado estudios adecuados y bien controlados en mujeres embarazadas. Los corticoesteroides podrán ser utilizados durante el embarazo sólo si los beneficios superan el riesgo potencial para el feto. Los niños nacidos de madres que fueron tratadas con dosis sustanciales de corticoesteroides durante el embarazo deberán ser monitoreados por signos de hipoadrenalismo. Lactancia: Los corticoesteroides administrados sistémicamente aparecen en la leche materna humana pudiendo provocar supresión del crecimiento, interferir en la producción de corticoesteroides endógenos u ocasionar otros efectos adversos. Debido al potencial de eventos adversos graves en niños en etapa de lactancia, deberá tomarse una decisión con respecto a si interrumpir la lactancia o la administración del fármaco teniendo en cuenta la importancia del mismo para la madre. Uso en pediatría: La eficacia y seguridad de la administración de corticoesteroides en pacientes pediátricos se basó en un estudio del efecto de los corticoesteroides que fue similar tanto en pacientes adultos como pediátricos. Se han publicado estudios que proveen evidencia de la seguridad y eficacia de la administración de corticoesteroides en pacientes pediátricos con síndrome nefrótico ( >2 años de edad) y leucemias y linfomas (pacientes >1 mes de edad). Los eventos adversos observados en los pacientes pediátricos son similares a los observados en adultos. Al igual que los pacientes adultos, los pacientes pediátricos deberán ser monitoreados mediante mediciones de la presión arterial, peso, talla, presión intraocular y evaluación clínica para detectar la presencia de infección, trastornos psicosociales, tromboembolia, úlceras pépticas, cataratas y osteoporosis. Los pacientes pediátricos tratados con corticoesteroides sin importar la vía de administración pueden experimentar disminución en la velocidad de crecimiento. Este efecto negativo sobre el crecimiento se observó a dosis sistémicas bajas y en ausencia de evidencia de laboratorio de una supresión del eje hipotálamo-hipófisis-corteza adrenal. Por lo tanto, la velocidad de crecimiento parece ser un indicador más sensible de la exposición sistémica de los pacientes pediátricos a los corticoesteroides, que otros test que se utilizan comúnmente para evaluar la función del eje. Deberá monitorearse el crecimiento lineal de los pacientes pediátricos tratados con corticoesteroides y comparar los posibles efectos sobre el crecimiento que puede llegar a tener un tratamiento prolongado con los demás posibles tratamientos para así tomar una decisión. Con el objeto de minimizar el efecto sobre el crecimiento, los pacientes pediátricos deberán ser tratados en principio con la dosis efectiva más baja posible. Uso en pacientes de edad avanzada: Los estudios clínicos realizados no incluyeron suficiente número de pacientes con 65 años de edad o mayores para determinar si responden de manera diferente a los pacientes más jóvenes. La experiencia obtenida de estudios clínicos no identifica diferencias en las respuestas entre pacientes jóvenes y de edad avanzada. No obstante, la elección de la dosis para los pacientes de edad avanzada deberá realizarse sobre la base de la mayor frecuencia de insuficiencia hepática, renal o cardíaca o la presencia de terapia concomitante con otros fármacos. Se recomienda comenzar con una dosis baja. Particularmente, deberá considerarse el incremento en el riesgo de diabetes mellitus, retención de fluidos e hipertensión en los pacientes ancianos bajo tratamiento con corticoesteroides. Interacciones medicamentosas: Aminoglutetimida: La aminoglutetimida puede disminuir la supresión adrenal de los corticoesteroides. Anfotericina B y agentes de depleción de potasio: Cuando los corticoesteroides se administran de manera concomitante con agentes de depleción de potasio como la Anfotericina B y diuréticos, se observa desarrollo de hipokalemia. Además se han reportado casos donde el uso concomitante de Anfotericina B e hidrocortisona se siguió de una insuficiencia cardíaca congestiva. Antibióticos: Los macrólidos provocan una disminución significativa del clearance de los corticoesteroides. Anticolinesterásicos: el uso concomitante de agentes anticolinesterásicos con corticoesteroides puede ocasionar una debilidad severa en pacientes con miastenia gravis. Si es posible, la administración de los anticolinesterásicos deberá interrumpirse al menos 24 horas antes del inicio de la terapia con corticoesteroides. Anticoagulantes orales: la coadministración de Warfarina y corticoesteroides da como resultado una inhibición de la actividad de Warfarina aunque todavía no está bien establecida esta interacción. Los índices de coagulación deberán monitorearse de manera frecuente para mantener el efecto anticoagulante deseado. Hipoglucemiantes: dado que los corticoesteroides aumentan los niveles de glucosa en sangre, la dosis de los hipoglucemiantes podrá requerir un ajuste. Agentes contra la tuberculosis: pueden disminuir los niveles plasmáticos de Isoniazida. Colestiramina: la colestiramina puede aumentar el clearance de los corticoesteroides. Ciclosporina: cuando son coadministrados, la actividad de la Ciclosporina y de los corticoesteroides pueden aumentar. Se han reportado convulsiones con el uso concomitante. Glucósidos digitálicos: los pacientes que reciben glucósidos digitálicos pueden tener un mayor riesgo de arritmias debido a la hipokalemia. Efedrina: la Efedrina puede aumentar el clearance metabólico de los corticoesteroides, pudiendose requerir un ajuste de la dosis. Anticonceptivos orales: los estrógenos pueden disminuir el metabolismo hepático de los corticoesteroides observándose un mayor efecto de los mismos. Inductores, inhibidores y sustratos de las enzimas hepáticas: ciertos fármacos pueden inducir la actividad del citocromo P450 3A4 como los barbitúricos, la Fenitoína, la Carbamazepina y la Rifampicina aumentando el metabolismo de los corticoesteroides y requiriéndose así un incremento de la dosis. Los fármacos que inhiben al CYP3A4 como el Ketoconazol, los mácrolidos tienen el potencial de aumentar las concentraciones plasmáticas de los corticoesteroides. La Dexametasona es un inductor moderado del CYP3A4; la coadministración con otras drogas que se metabolizan por esta isoenzima como el Indinavir y la Eritromicina produce una disminución de las concentraciones plasmáticas de éstas. Antiinflamatorios no esteroideos (AINEs): el uso concomitante de los corticoesteroides con Aspirina u otro AINE produce un incremento en el riesgo de padecer efectos adversos gastrointestinales. La Aspirina deberá administrarse con precaución con los corticoesteroides en pacientes con hipoprotrombinemia. El clearance de los salicilatos puede verse reducido cuando es coadministrado con corticoesteroides. Talidomida: la coadministración con Talidomida deberá realizarse con cuidado debido a que se han reportado casos de necrólisis dérmica con el uso concomitante con corticoesteroides. Vacunas: los pacientes que reciben tratamiento con corticoesteroides pueden mostrar una respuesta atenuada a los toxoides y a las vacunas vivas o inactivas debido a una inhibición de la respuesta de los anticuerpos. Los corticoesteroides pueden incluso potenciar la replicación de algunos microorganismos contenidos en las vacunas vivas atenuadas. La administración de vacunas o toxoides deberá desistirse hasta que la terapia de corticoesteroides sea interrumpida si es posible. Carcinogénesis. Mutagénesis. Deterioro de la fertilidad:No se han llevado a cabo estudios adecuados y bien controlados en animales para determinar el potencial carcinogénico o mutagénico de los corticoesteroides. Los esteroides pueden aumentar o disminuir la motilidad y el número de espermatozoides en algunos pacientes. Interacciones entre la droga y las pruebas de laboratorio:Se han reportado resultados negativos que en realidad son falsos, en el test de supresión de Dexametasona (DST) en aquellos pacientes que están siendo tratados con Indometacina. Así los resultados del DST deberían interpretarse con mucha atención en el caso de estos pacientes.
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